Guía rápida de ETF y Fondos de Inversión
Las instituciones bancarias son más peligrosas que un ejército (Thomas Jefferson)
Los fondos indexados han democratizado enormemente el mundo de las inversiones, y hoy en día permiten a cualquier pequeño inversor tener un control total sobre su cartera, con acceso a opciones de inversión que hace 20 años solo estabn al alcance de grandes fortunas u obligaban a uno a pasar por el aro de distribuidoras de fondos y gestoras.
Vamos a explicar qué es un fondo índice y cuáles son sus principales características para poder evaluar distintas alternativas y tomar las decisiones de inversión que más nos interesen.
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¿Qué es un fondo índice?
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Un fondo índice es un producto diseñado para replicar el comportamiento de un valor de referencia. Esta referencia puede ser cualquier cosa: un índice bursatil como el IBEX 35 o el DAX, el precio de una materia prima como el oro, un conjunto de acciones de un determinado sector como el energético... Hay fondos de casi cualquier cosa que se nos pueda ocurrir. Comprar un fondo es tan fácil como comprar acciones de cualquier empresa. Tienen un precio de cotización que cambia cada día, y se pone la orden de compra igual que se haría al comprar cualquier acción.
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Los fondos índice están disponibles en formato ETF y en formato Fondo de Inversión (FI). Ambos tienen un rendimiento idéntico, y las diferencias radican en la operativa.
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Los primeros FI datan de los años 70, aunque tradicionalmente han sido un product destinado a inversores institucionales y grandes patrimonios, dejando fuera al pequeño inversor. Los FI han sido el producto tradicionalmente ofertado por bancos, ya que les aportan importantes comisiones. Muchos bancos españoles ofrecen fondos propios que son una auténtica estafa. Aquí nos centratemos en los fondos índices de clase limpia, aquellos que, al igual que los ETF, son ideales para construir una cartera diversificada global.
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Los ETF por su parte son un producto de la revolución de internet; no han surgido hasta la última década, y por eso aún son desconocidos por una buena parte de la comunidad inversora. En la siguiente imagen vemos la discreta pero constante eclosión de los ETF en el panorama inversor americano.
Ventajas e inconvenientes
Comisiones: la principal ventaja de los indexados, tanto ETF como FI, son sus bajas comisiones de gestión. Se limitan a seguir un valor de referencia, no buscan superarlo comprando aquellas acciones que creen que lo van a hacer mejor, como hacen los fondos activos. Por consiguiente, su operación está muy automatizada ya que solo requieren un algoritmo que compre las acciones en la misma proporción que el índice, y esto les permite ser muy baratos.
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Operativa: operar con ETF es tan fácil como hacerlo con acciones. Las órdenes de compra y venta son inmediatas y no hay que esperar unos días como en el caso de los fondos, que puede ser un proceso oscuro y poco transparente (El agricultor que demandó a Bestinver).
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Fiscalidad: este es el principal inconveniente de los ETF. A diferencia de los fondos, no son traspasables. Esto quiere decir que si decides vender tus participaciones deberás pagar impuesto por las plusvalías generadas (lo mismo que ocurre al vender una acción). Este es un tema que se tiende a sobrevalorar, en mi opinión, y del que hablo al final.
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Disponibilidad: comprar los mejores ETF es posible casi con cualquier broker, desde los bancos tradicionales a las nuevas plataformas como Degiro o Interactive Brokers. Por contra, la oferta de FI es muy reducida ya que es un producto que compite directamente con los fondos propios de los bancos. Hasta hace muy poco era imposible comprar los fondos de Vanguard o iShares por las propias barreras de los bancos. Afortunadamente, esto está cambiando y empiezan a surgir neobancos como Myinvestor, que suponen una revolución en el panorama inversor español.
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Variedad: es el punto fuerte de los ETF. Con ellos es posible invertir en cualquier área que se nos ocurra, desde paises en concreto, sectores, materias primas, bonos, criptomonedas, posiciones cortas en índices... Por contra, los FI de bajo coste se centran casi exclusivamente en los principales índices de renta variable (S&P500, Europa, Emergentes, Japón) y renta fija. Pero no se necesita más para formar una cartera global.
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Por tanto, la elección entre ETF o FI dependerá de las comisiones que cobre nuestro broker, de cómo valoremos la comodidad de tener todo en una sola plataforma, y del número de operaciones que preveamos hacer. Ambos productos son compatibles y se pueden complementar a la perfección.
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Cómo analizar un ETF/FI
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Hay una infinidad de ETF y FI hoy en día (¡muchos más que acciones individuales!) y es fácil perderse ante tanta diversidad de oferta, de modo que conviene tener claro qué se busca y qué se necesita.
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Para elegir el fondo que más se ajuste a lo que buscamos, debemos mirar una serie de características. Morningstar es una excelente fuente para repasar de un vistazo las características de un producto que nos interese y comparar alternativas. Vamos a ver un ejemplo de lo que nos muestra Morningstar, y los puntos a los que debemos prestar atención:
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Acumulación/Distribución: indica si el fondo reparte dividendos o los capitaliza. Ninguna opción es mejor o peor, dependerá de lo que queramos
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Los principales fondos ofrecen alternativas tanto de acumulación (a veces designado como "C" en el nombre) o distribución ("D")
Gráfico: da una idea de lo bien o mal que sigue al índice de referencia. En gráfico avanzado se pueden comparar distintos fondos entre sí respecto a un índice. Recomiendo hacerlo siempre
Estrellas Monringstar: Dan una idea del comportamiento respecto al resto de ETFs similares.
4 estrellas son aceptables en general.
ISIN: similar al de una acción, es el código con el que podemos buscarlo en nuestro broker
Patrimonio: indica el valor total del fondo, y da idea de la liquidez. Por encima de los 1000M está muy bien
Comisión: indica el porcentaje de comisión anual que cobra el emisor, en este caso iShares. En fondos de índices desarrollados, debemos aspirar a valores inferiores a 0,20%. En otros ETF más raros, de países enconcreto, hasta un 0,60% puede ser razonable
Benchmark y Categoría: nos indica frente a qué se compara el ETF y dentro de qué categoría se clasifica. Para renta variable será Value/Mixto/Growth & Grande/Mediano/Pequeño. Los grandes índices suelen ser Grande/Mixto
En esta sección podemos ver en qué países y sectores invierte el fondo, y las principales posiciones. Vemos que un 48% es la zona Euro, seguida de Reino Unido con un 26%. Nestlé es la principal posición con un peso del 3.58%
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Para más detalle, usando el ISIN, podemos buscar la página detallada del fondo, en este caso iShares, para consultar detalles relativos al pago de dividendos, lista completa de participaciones, etc.
*Físico o Sintético: esto no viene explícitamente en la web de Morningstar pero es muy importante. Un fondo físico compra directamente las acciones del índice que replica. Un fondo sintético (o de réplica indirecta) compra otras muy distintas, y mediante un contrato SWAP logra replicar al índice con precisión.
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Un ETF sintético puede ser más eficiente fiscalmente, aunque la repercusión es inapreciable. A todos los efectos, nos da igual este punto.
Principales "marcas"
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Las principales casas de FI y ETF son:
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Vanguard: fundado por John Bogle, pionero de la inversión indexada y gran divulgador con su famoso libro "El pequeño libro para invertir con sentido común". Hasta hace poco no estaban disponibles en Europa pero poco a poco van ampliando su oferta. Solo disponible en formato FI.
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iShares: propiedad de Blackrock, es de largo el mayor proveedor de ETF y FI. Ofrece multitud de soluciones de muy bajo coste para invertir indexado, por sectores, países, etc.
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Amundi, propiedad de Crédit Agricole, fue el primero en ofrecer clases de FI para el inversor retail, aunque ahora sus comisiones son algo más elevadas que la competencia. Gama de ETF más reducida.
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X-trackers, de Deutsche Bank. Ofrece también muchas posibilidades, sobre todo en aspectos "exóticos" como países emergentes, apalancados, etc. Solo ETF.
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Lyxor, propiedad de Amundi, ofrece msolamente ETF, muchos sintéticos.
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Cualquiera de estas marcas será en general garantía de calidad para comprar un ETF, aunque SIEMPRE debemos verificar la información básica: comisiones y track record frente al índice de referencia.
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Una buena fuente para buscar ETF es justetf.com
John Bogle (1929-2019)
Caso práctico
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El objetivo de esta web es permitir que el lector adquiera criterio para tomar decisiones de inversión por sí mismo y sea capaz de valorar las alternativas que se le presentan, de modo que veamos un ejemplo práctico:
Supongamos que el director de mi sucursal bancaria, que siempre es muy amable, me plantea invertir parte de ese dinero que tengo en la cuenta, ya que los depósitos ahora no dan nada. Hay que poner el dinero a trabajar, dice, y tenemos un fondo estupendo de renta variable americana... (para el ejemplo, usaremos un fondo del Banco Santander, aunque se pueden escoger ejemplos igualmente clamorosos de cualquier entidad).
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Con lo que hemos aprendido ya sobre fondos, vamos a hacer una evaluación rápida:
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1- Buscamos el fondo en Morningstar. De entrada vemos que tiene 2 estrellas, lo cual ya lanza una primera alerta. Después, los ojos bajan hasta la parte de gastos corrientes, que son de un 2.68% anual (para llevarse las manos a la cabeza!). La gráfica nos indica que el fondo va bastante por debajo de la referencia que pretende seguir.
2- No nos quedamos aquí, bajamos con el ratón y vemos que el fondo se limita a invertir en ETFs de otras entidades, lo cual no requiere ningún esfuerzo ni talento que justifique esa comisión de gestión.
3- Aunque ya tenemos clara la respuesta que vamos a dar al director de la sucursal, la curiosidad nos lleva a pintar una gráfica de este fondo a 10 años vista.
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Comprobamos con estupefacción el efecto de una comisión de gestión en el largo plazo, que va horadando silenciosamente nuestra rentabilidad.
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En 10 años, ¡el índice va casi un 50% por encima del fondo!. Para una inversión inicial de 10,000€, en el fondo serían hoy 32,230€ mientras que en un fondo barato que siguiese al índice, como el de iShares, serían 45,850€.
Este es un ejemplo algo extremo que he escogido a ex profeso, pero es totalmente real y no se trata de un caso aislado. Abundan los fondos de este tipo que son ofrecidos a clientes que desconocen alternativas mejores y no se molestan en mirar los detalles, y acaban sin saberlo perdiendo una parte importante de su rentabilidad en los bolsillos de quien les asesora.
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Las comisiones son un enemigo silencioso, un dinero que no ves desaparecer, pero que poco va mermando tu rentabilidad, como la carcoma que devora lentamente un árbol. Igual que el coste de oportunidad que supone comprar un coche nuevo, es algo que de lo que no es fácil percatarse salvo que lo pongas en perspectiva, y entonces uno se lleva las manos a la cabeza. Cuanto más importante sea el patrimonio que invertimos, mayor impacto en valor absoluto tendrán las comisiones.
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Las comisiones son la quinta columna de tu cartera.
Quien invierta 500,000€ en un fondo que cobra el 2% anual de gestión, en una década se estará dejando la friolera de 100,000€ en comisiones
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Espero que al menos esto no ocurra a quien haya leído hasta aquí... Hablaremos más de esto en otra ocasión, cuando abordemos el eterno debate entre gestión activa y pasiva.
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Fiscalidad
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Para quien quiera construir una cartera a largo plazo, la principal duda es si hacerlo via ETF o FI.
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La gran diferencia es la fiscalidad. Este es un factor cuya importancia tiene a exagerarse. Me explico:
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En primer lugar, asustarnos con la fiscalidad es el argumento que utilizarán quienes quieren que invirtamos mediante fondos por los que cobrarán una comisión de venta y gestión.
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En segundo lugar, la fiscalidad solo aplica si decidimos vender un ETF (debemos pagar plusvalías, al igual que ocurre al vender acciones). Pero si nuestro objetivo es invertir a largo plazo e indexados, lo normal será que nunca vendamos. Nadie debería estar comprando y vendiendo ETF en una cartera de ahorro a largo plazo. Al menos no bajo la filosofía de inversión que estamos planteando aquí.
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Tercero, en ningún caso se dejan de pagar impuestos. En el momento de vender un fondo de manera definitiva, se pagarán impuestos por las plusvalías acumuladas. Es cierto que es más eficiente retrasar ese pago de impuestos al final, pero al igual que la muerte, es inevitable. Además, el pago de impuestos puede verse compensado por pérdidas en otros activos, de manera que hay opciones para tratar de minimizar el paso por Hacienda.
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Cuarto, otros costes pueden ser más importantes que la fiscalidad. Si bajo el cuento de ser fiscalmente mejor, el gestor o el emisor del fondo cobran unas comisiones desorbitadas (como el ejemplo anterior), lo que se pierde en comisiones supera con creces la posible bonificación de retrasar el pago de impuestos hasta el final.
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Quinto, la fiscalidad de los ETF puede cambiar. Hay de hecho ya en marcha un plan para hacer que los ETF sean tratados como fondos, aunque el lobby de la industria lo está frenando, de momento, por lo que supondría para ellos. Sin embargo confío que de aquí a unos años este cambio acabe por implantarse.
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Sexto, hay casos en los que la fiscalidad de un ETF es incluso más interesante. A los ETFs irlandeses (ISIN empieza con IExxxxxx) de acciones americanas, Estados Unidos les retiene el 15% de los dividendos, frente al 30% que retiene a los fondos. Esto se traduce en una considerable ventaja del ETF respecto al Fondo equivalente a largo plazo.
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En conclusión, los ETF son un producto relativamente nuevo y que permiten al pequeño inversor acceder a opciones de inversión que hace años eran impensables o resultaban muy costosas.
Las posibilidades de invertir en FI baratos, similares a ETF, están aumentando cada vez más.
Hoy en día cualquiera puede construir una cartera similar a la que venden muchas gestoras, pagando comisiones muy bajas.
Los FI no son mejores o peores que los ETF. A la hora de elegir, debemos siempre:
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Pintar un gráfico comparando el ETF/FI con el benchmark (índice de referencia)
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Buscar fondos con "pedigrí": Vanguard, iShares, Amundi... con comisiones de 0.10-0.30%
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Calcular las comisiones de gestión y depósito que vamos a pagar
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Como siempre al comprar cualquier producto, hay que mirar con ojo crítico todos los detalles, y comparar las distintas alternativas. El diablo está en los pequeños detalles, dice un refrán inglés...