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Comprar un coche, la trampa de la clase media

El cliente puede elegir cualquier color, siempre que sea negro (Henry Ford)

Que en un país donde el sueldo medio es a penas 22,000€ se vendan cada año más de 1 millón de turismos nuevos refleja hasta qué punto la menguante clase media española carece de conceptos básicos de planificación financiera. Vamos a verlo con un ejemplo sencillo.

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Una historia de 2 hermanos

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Juan y María son dos hermanos mellizos. Al terminar sus estudios con 24 años, sus padres regalan 10,000€ a cada uno como ayuda para que se independicen y empiecen su vida adulta.

 

María ha sido siempre una amante de los coches, y decide comprarse uno nuevo que cuesta 20,000€, pagando una entrada de 10,000€ y financiando el resto al 8% en 5 años. Esto supone que deberá pagar letras por valor de 2500€ durante 5 años (unos 200€/mes), al cabo de los cuales será propietaria íntegra del vehículo. A partir del quinto año, María dejará de pagar letras, y ahorrará esos 2500€ en su cuenta corriente, ya que no se fía de la bolsa porque se puede perder el dinero.

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Por su lado, Juan ha leído a cerca de los beneficios de invertir a largo plazo y el poder del interés compuesto. Aunque no sabe mucho de bolsa, decide invertir los 10,000€ en un ETF global que invierte en EEUU, Europa y Emergentes. Además, suponemos que tienen sueldos y trabajos similares, por lo que cada año Juan irá aportando una cantidad igual a las letras del coche que paga su hermana (2500€ cada año).

 

A partir del quinto año, asumimos que esta ambos seguirán ahorrando esos 2500€ cada año. Juan los invertirá, María los dejará en la cuenta del banco como colchón.

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Veamos cómo está cada uno al cabo de 10 años

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María (línea naranja) tiene un patrimonio de 18,000€, sumando el dinero ahorrado (2500€ al año entre los años 6 y 10) y el valor del coche, que se ha depreciado y ya solo vale 5,500€. La línea roja nos muestra la deuda de María que empezó siendo de 10,000€ y fue decreciendo hasta ser 0 al final del 5º año. La línea gris muestra cómo va perdiendo valor el coche.

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Comparemos esto con Juan. Dependiendo del rendimiento, la evolución de ese dinero variará. Pero típicamente es razonable considerar un retorno anual de en torno al 5% en las bolsas, contando con años de caídas en época de crisis y años buenos de recuperación. Las líneas verdes muestran la revalorización considerando un escenario muy conservador de un 2% (línea discontinua inferior), un caso intermedio del 4% (línea verde central), y un caso optimista del 8% (línea discontinua superior). En cualquiera de estos escenarios, la comparación frente a haber comprado un coche es llamativa. ¡Al cabo de una década Juan tiene entre el doble y el triple de patrimonio!

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Y al cabo de 20 años...

 

Repitamos este proceso una segunda vez, durante otra década. Suponemos que María vende el coche en el décimo año, porque ya está muy viejo, y además ahora gana más dinero, pues le ha ido muy bien profesionalmente, por lo que puede permitirse financiar uno mejor y más caro, de 36,000€, dando como entrada los 18,000€ resultantes de vender su coche antiguo más el dinero ahorrado, y vuelve a financiar la otra mitad en las mismas condiciones. Ahora, las letras a pagar son de 4500€ al año durante 5 años (unos 375€/mes).

 

Por su lado, Juan sigue invirtiendo, y como también ha ido promocionando en su empresa, ahora puede aportar a su plan de inversión 4500€ al año, lo mismo que su hermana paga en letras.

 

El resultado dejará atónito a más de uno. Al cabo de 20 años, al cumplir 44, María a penas tiene un patrimonio (coche + efectivo) de 37,000€, mientras que Juan tendrá posiblemente más de 120,000€, incluso 160,000€ en un escenario optimista.

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La trampa de la clase media

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Este ejemplo, con variaciones y matices, representa el caso de una gran mayoría que no concibe la vida con una mentalidad inversora. Se puede objetar que la persona que compra el coche bien podría invertir también su excedente de ahorro, pero se trata de comparar el retorno de un mismo volumen de ingresos. Tampoco se ha considerado el gasto en gasolina, seguros y mantenimiento, que mermarían aún más el ahorro de María, pero tampoco se ha contabilizado lo que gastaría Juan en transporte público.

 

Se podría complicar el cálculo, plantear otras variantes, pero el objetivo es ilustrar el coste de oportunidad que supone financiar un activo tan caro y que encima se deprecia muy rápidamente.

 

¿Compraríamos una casa si en el momento en que nos dan las llaves perdiera un 20% de su valor, y al cabo de 10 años no valiese ni la mitad?

 

Con este ejemplo se ponen de manifiesto dos planteamientos bien distintos y que a lo largo de una vida tienen consecuencias importantísimas, y es lo que yo llamo la trampa de la clase media.

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Es una trampa invisible porque las personas como María, que desconocen los beneficios de invertir a largo plazo y el poder del interés compuesto, viven ajenas y satisfechas con ese nivel de ahorro que consideran normal para su situación, pues no conocen otra cosa y así es como viven todas las personas de su entorno; padres, amigos, compañeros de trabajo.

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El dinero pagado en intereses y el que se deja de ganar por no invertir es una pérdida "invisible", que uno no ve disiparse salvo que lo ponga en perspectiva, como en esta gráfica. Si lo pensamos fríamente,

 

es una barbaridad financiar al 7% un bien que cuesta entre 1 y 2 años de sueldo bruto, entre 4 y 5 de sueldo neto, y más de una década de ahorro.

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A esto se han referido diversos autores de libros de planificación financiera como la "carrera de ratas". La idea principal es que la clase media vive atrapada en un bucle constante de endeudamiento y consumo causado por la falta de cultura financiera.

 

Como el roedor que da vueltas en la rueda a toda prisa creyendo avanzar hacia algún lado, el trabajador medio trata de correr cada vez más deprisa para prosperar en la sociedad y vivir un poco mejor, endeudándose para comprar cosas y trabajando duro para repagar esas deudas, y asumiendo nuevas deudas a medida que sus necesidades evolucionan, sin darse cuenta de que semejante derroche de energía no es sino un esfuerzo estéril que solo conduce al punto de inicio.

 

El sencillo ejemplo del préstamo del coche nos muestra la potencial riqueza que se dilapida por el camino (dejar de ganar es perder), y que marca la diferencia entre dos vidas muy diferentes. ¿Quién diría que ahorrar 100,000€ con un sueldo normal es posible?

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* Imagen de fondo: el gran Paco Martínez Soria, que tan bien reflejó a la clase media de toda una generación, en un fotograma de "La Ciudad no es para mí" (1966)

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