Construye tu propia cartera copiando a los grandes
Da un pescado a un hombre y lo alimentarás un día. Enseñale a pescar y lo alimentarás de por vida (Lao Tzu, S IV aC)
La cita que escojo para esta primera entrada puede parecer algo presuntuosa. No pretendo insinuar que vaya a enseñar a ganarse la vida a nadie, pero si a hacer lo mismo con lo que la industria de fondos y gestoras lleva décadas ganándose la vida, haciendo creer al gran público que invertir es algo extremadamente complejo y oscuro, motivo por el que han de confiarles el dinero a ellos, a cambio de unas suculentas comisiones.
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Abordaremos cómo construir una cartera indexada a largo plazo, similar a la que ofrecen muchos fondos de inversión y pensiones. Hace dos décadas, hacer esto a nivel individual era impensable, pero hoy en día cualquiera desde casa puede construir una cartera global por un coste muy bajo, de forma totalmente independiente.
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Internet, y la proliferación de ETFs y fondos indexados lo han hecho posible, aunque desgraciadamente su difusión no es todavía muy amplia y el gran público sigue pensando que la manera más fiable de invertir, si no la única, es a través de los productos que vende el banco o gestor de turno.
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*Nota: En adelante, usaré indistintamente el término fondo o ETF para referirme a un producto indexado de bajo coste. La ventaja de los fondos es la fiscalidad, ya que pueden ser traspasados. Sin embargo la comisión de gestión y custodia que suelen cobrar las gestoras puede hacer que el ETF sea preferible. Cada uno debe mirar lo que más le conviene. En todo caso, para hablar de formar una cartera indexada global, es indiferente hablar de fondos o ETF.
Empezaremos por el caso más sencillo posible, que sería una cartera formada por una única acción, e iremos añadiendo poco a poco más de complejidad, pero siempre pensando en el caso de alguien sin conocimiento alguno.
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Cartera de 1 fondo
Cartera de 3 fondos
Cartera de 5 fondos
Cartera de 8 fondos
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El requisito fundamental es que este estilo sea acorde a tu filosofía de inversión. Si crees que es posible batir al mercado (y que tu serás capaz de hacerlo), si no vas a aguantar la inversión más que unos meses, esta sección no es para ti. Te invito a que leas las otras entradas por si cambias de idea.
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Lo que no haré en ningún caso es decir cuánto ni cuándo invertir, ni el reparto entre las distintas clases de activo que discutiremos.
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Clases de activos
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En primer lugar, es necesario entender cuáles son las distintas clases de activos que existen. En líneas generales, uno puede invertir en una de estas cuatro categorías: Renta Variable, Renta Fija, Inmobiliario, y "Otros".
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Dentro de renta fija y variable, distinguiremos entre mercados desarrollados y emergentes:
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Renta Fija
Su peso dependerá del nivel de riesgo deseado y horizonte de inversión
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Renta fija incluye los bonos emitidos por gobiernos y empresas de todo el mundo
Renta Variable
Será la "gran estrella" de nuestra cartera, y de la que más hablemos
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Por renta variable se entiende cualquier acción cotizada en bolsa
Inmobiliario
Hablaremos poco de Real Estate, por ser un activo más ilíquido y en el que además tendemos a estar invertidos al comprar una casa, aunque veremos cómo incorporarlo a nuestra cartera global si lo deseamos
Desarrollado
Estados Unidos, Europa, Japón, Canadá, Australia...
Emergente
China, India, Korea, Brasil, Mexico, Rusia, Sudáfrica...
Otros
Metales preciosos, materias primas, private equity y otros activos exóticos como obras de arte u objetos de coleccionismo. En caso de estar presentes, no jugarán más que un papel periférico
La elección de dónde invertir y cuánto es muy personal. Lo más habitual, el modelo que proponen todos los planes de pensiones y ahorro es el siguiente: para alguien joven y con un horizonte de inversión a muy largo plazo, asignar el mayor porcentaje a renta variable, e ir reduciéndolo y aumentando el peso de la renta fija a medida que se acerca la edad de jubilación.
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El peso de la renta fija variará también en función del riesgo deseado.
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Cartera de 1 fondo
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El caso más sencillo para alguien que empieza a invertir, sería una cartera de 1 sola acción en renta variable. En este caso, la elección debería ser "comprar el mundo" y buscar un ETF o fondo que siga al índice mundial. Un producto de este tipo es una cesta con acciones en las principales empresas del mundo por tamaño, representadas de forma proporcional, de modo que Estados Unidos y Europa serán las principales posiciones que tengamos.
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Es una excelente opción para invertir sin complicarse, teniendo exposición a todas las geografías y sectores.
La única duda será si queremos solo el mundo desarrollado, en cuyo caso buscaremos un producto que siga el índice MSCI World, o incluir mercados emergentes, y entonces buscar el ACWI (All Countries World Index).
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En esta imágen, disponible en la web de MSCI, uno de los principales proveedores de índices, podemos ver el detalle de los países incluídos dentro de los mercados desarrollados y emergentes:
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Un error que se comete a menudo al empezar a invertir es centrarse en acciones de la bolsa española, por familiaridad y cercanía.
España representa menos de un 1% de la capitalización mundial.
¡Aquellos que solo miran la bolsa española están dando la espalda al mundo entero!
Aproximadamente el reparto que podemos esperar en un ETF mundial es este:
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MSCI ACWI: EEUU 55%, Europa 19%, Emergentes 10%, Japón 7%, APAC 5%, Canada 3%
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MSCI World: EEUU 63%, Europa 21%, Japón 8%, APAC 5%, Canada 3%
Todos los principales proveedores de fondos y ETF ofrecen estas soluciones, y será cuestión de ver el que ofrece la mejor comisión, o el que está disponible en nuestro borker. En "Guía rápida de ETF" hablamos más en detalle sobre sus características, y en "Listado de ETF" encontrarás algunos ejemplos.
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Cartera de 3 fondos
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Si el reparto anterior os deja algo insatisfechos, por el poco peso que otorga a China, India, y países emergentes, la siguiente opción sería buscar 3 productos: uno para Estados Unidos, otro para Europa, y otro para Emergentes.
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De esta forma, tendremos representadas los 3 grupos principales de renta variable y podremos controlar el peso que les asignamos en todo momento.
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Podemos ver cómo se han comportado los 3 índices en la última década, comparados con el MSCI WORLD como base. Estados Unidos, en especial el NASDAQ, destaca gracias al tirón de las tecnológicas tras el crash de 2008. Los mercados emergentes, en rojo, son los grandes rezagados, aunque en la década anterior fueron los reyes.
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El índice ACWI sería una media ponderada de los anteriores, con los pesos vistos anteriormente.
Vemos además el gran beneficio de diversificar. Habiendo comprado el MSCI estaríamos en una situación intermedia. Lógicamente, haber invertido el 100% en Estados Unidos hubiera sido lo mejor... ¡a día de hoy! Los mercados emergentes tuvieron una recuperación brutal tras el crash, y esos años superaron con creces a los mercados desarrollados. Si mirásemos este gráfico en 2011, pensaríamos que lo mejor habría sido invertir el 100% en emergentes.
En la práctica, es imposible acertar en todo momento cuál se va a comportar mejor (y esto aplica de lleno a acciones de empresas y gestión activa, de la que hablaremos), de modo que la única alternativa que nos queda es diversificar. ¿Quién sabe qué pasará en los próximos diez años? ¿Será el momento de Europa? ¿Repuntarán los emergentes? Nadie lo sabe.
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En conclusión, esta cartera es una muy buena opción, aunque implica que debemos empezar a tomar decisiones sobre cómo repartir el dinero; ¿50% EEUU, 25% Europa, 25% Emergentes? ¿O tal vez 33% EEUU, 33% Europa, 33% Emergentes? A esta pregunta, no puedo responderos.
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Otra variante sería tener solamente 2 fondos: uno de países desarrollados (MSCI World) y otro de emergentes, para de ésta forma incluir Japón, Canadá y Australia sin necesidad de comprar fondos específicos de estos países.
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Cartera de 5 fondos
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El siguiente nivel que podríamos añadir a nuestra cartera es incorporar un par de fondos de renta fija. Hasta ahora solo hemos tocado la parte de renta variable, y tenemos todo el mundo cubierto. Sin embargo estamos dejando de lado la otra gran pata del universo de inversiones.
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Nos centraremos aquí en la renta fija de menor riesgo. Buscaríamos 1 o 2 ETF que contengan bonos de gobiernos europeos, letras del tesoro americano, y bonos corporativos de grado de inversión, europeos o americanos.
También podríamos considerar bonos de gobiernos emergentes.
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Nuevamente, el peso que otorguemos a la parte de renta fija dependerá de nuestro nivel de riesgo y el horizonte de inversión.
Últimos retoques
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Como complemento a esta cartera, podemos puntualmente comprar algún ETF que nos de exposición a determinados activos, pero esto no debe ser más que una pequeña de la misma.
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Real Estate: una vez tenemos ya cubierta buena parte del universo de inversión de renta variable y fija, nos faltaría añadir una tercera clase de activo, y dar representación al sector inmobiliario, si así lo deseamos. Existen ETF ofrecen exposición a los sectores inmobiliario europeo, americano, asiático... Sin embargo, si ya tienes un imueble o estás pagando una hipoteca, ¿no estás ya suficientemente expuesto?
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Países: sería planteable sobreponderar una región o país en concreto. Pueden encontrarse ETF de los principales países, que ofrecen exposición directa al índice de, por ejemplo, India, Tailandia, Reino Unido... Sobreponderar un país va en contra del principio de diversificación de manera que será algo que hagamos solamente en momentos puntuales. Haría una excepción con el caso de Japón, APAC y Canadá, que son una de las principales economías, presentes en los índices globales, y que han quedado de lado. Comprar un ETF de Japón y/o APAC de forma permanente sería el único retoque que haría a nuestra cartera. Además, existen opciones muy buenas y baratas.
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Sectores: Del mismo modo, podríamos sobreponderar cualquier sector económico cuando creamos que va a comportarse mejor que el resto. Por ejemplo, con un ETF de sector automoción europeo invertimos directamente en una cartera formada por las principales empresas automovilísticas del continente (lo mismo con bancos, telecomunicaciones, etc). Basta con saber buscarlos en nuestro broker. Nuevamente, esto va en contra de la idea de diversificar de modo que no lo considero como parte de una cartera permanente, si no como una compra táctica. Una opción interesante sería también sobreponderar el sector tecnológico con un fondo que siga al NASDAQ-100, el índice estrella de la última década.
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Materias primas: podríamos comprar algún ETF de materia prima como el oro, petróleo, paladio, si tenemos motivos para creer que se apreciará. No obstante, la inversión en materias primas es muy compleja y especulativa. Los precios son muy volátiles y por tanto son una clase de activo a evitar de primeras (basta con buscar análisis de hace unos años de "expertos" que predecían el precio del oro o del petróleo para ver que casi nadie sabe nada).
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En resumen, las distintas carteras que hemos planteado, serían, de más sencilla a más completa:
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MSCI o ACWI
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Estados Unidos
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Europa
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Emergentes
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Estados Unidos
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Europa
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Emergentes​
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Bonos europeos
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Bonos americanos​
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(Japón, APAC, Canadá)
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Estados Unidos
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Europa
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Japón
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(APAC, Canada)
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Emergentes​
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Bonos europeos
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Bonos americanos​
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Bonos emergentes
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Real Estate
Copiando a los grandes
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Llegados a este punto, tendríamos una cartera configurada por nosotros mismos, que sería idéntica a las que ofrecen fondos, roboadvisor y bancos. Tomando como ejemplo Finizens, uno de los roboadvisor más populares, vemos que utiliza 8 productos: 4 de renta variable (americana, emergente, europea y japonesa), 1 de sector inmobiliario ("bienes raices") y 3 de bonos.
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También podemos ver los porcentajes que usa Finzens para los distintos tipos de riesgo (siendo la cartera 1 la más conservadora y la 5 la más arriesgada), que nos ayudan a tener una idea de lo que mejor se adecue a nuestro caso.
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La elección de hacer una cartera propia o recurrir a un roboadvisor dependerá de algunos factores: comisiones del broker, número de operaciones de compra que se hagan al año, tamaño de la cartera (a mayor peso, mayor es el efecto de la comisión más elevada que carga el roboadvisor; típicamente del 0.6%-0.7% frente al 0.2% que se puede conseguir mediante ETF o fondos propios). En esta otra entrada hablo precisamente del dilema de emplear un roboadvisor o hacer uno mismo la cartera. Puedes echarle un vistazo y descargar el excel para simular cuánto ahorrarías o pagarías de más en cada caso.
Acciones individuales
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Alguno se sorprenderá al ver que nuestra cartera no incluye acciones de ninguna empresa en particular.
Es muy tentador invertir en acciones de empresas directamente, y es que la mayoría de artículos y noticias que leemos se centran en análsis de resultados, precios objetivo, caídas del valor... y muy pocas hablan de olvidarse de todo eso e invertir simplemente en fondos índice, pese a que se demuestra que es la mejor forma de invertir a largo plazo.
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Es cierto que resulta más entretenido invertir en una empresa, pensar que conocemos el producto, el mercado, tratar de predecir cómo lo hará... pero esto es tremendamente difícil. Si hay analistas que dedican el 100% de su tiempo a un sector en particular, y a menudo se equivocan, ¿es posible que sepamos más que ellos?...
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Trataremos más ampliamente esta cuestión en otras entradas. Por ahora, basta con decir que mi recomendación sería olvidarse completamente de acciones individuales a quien empiece de cero.
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Y si la tentación fuese muy fuerte, invertir un 80-90% en indexados, y reservar tan solo un 10-20% a acciones. De esta forma podremos medir qué tan buenos gestores activos somos, y comprobar si efectivamente somos capaces de batir a los índices.
Hemos visto cómo construir una cartera global, pero existen millones de ETF y de fondos, ¿cómo se cuál comprar? ¿Es mejor un fondo o un ETF? ¿Merece la pena complicarme si puedo contratar esto con un roboadvisor?
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Tratamos de responder estas preguntas en las siguientes entradas:
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Guía rápida de ETF y Fondos de inversión
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